Krissia Rodriguez Porras
(in English)
Por Carol Vlassoff
Traducido por Rosa Arechederra
Probablemente lo primero que le llama la atencion a uno cuando conoce a Krissia Rodríguez, Gerente General del supermercado mas grande en Quepos, Super Mas, es que ella se ve tan joven. Y es joven – sólo 31 años -y lleva trabajando en la tienda de su padre desde que era niña.
Se ríe cuando recuerda cómo ella y su hermana se organizaban las vacaciones de verano de tres meses: “Nos poniamos de acuerdo para tener un mes de vacaciones y pasar los otras dos trabajando en la tienda. Pensábamos que trabajabamos muy duro, siempre pidiendo a los cajeros que nos dejaran ayudarles, ahora me doy cuenta que realmente no trabajabamos tanto.”
De hecho, dice, uno de los conceptos erróneos acerca de las personas que trabajan en una empresa familiar es que hay que trabajar “en exceso” pero no fue su caso. Dice que su compromiso con el negocio fue creciendo poco a poco, de acuerdo a su propio interés no por presiones familiares. De hecho, cuando estaba en la escuela secundaria, Krissia quería seguir otro tipo de carrera. Le atraian las lenguas y la fotografía y continuó con ello después de graduarse trabajando en la tienda a tiempo parcial solo los fines de semana. En ese tiempo el negocio se encontraba en frente del parque de Quepos ,cerca de donde hoy está la tienda Gollo.
El padre de Krissia, Álvaro Rodríguez siempre fue un hombre emprendedor. No tuvo mucho dinero cuando era joven, pero siempre encontró la forma de triunfar en los negocios. Además del supermercado que lo llevaba con su hermano, comenzó un taller mecánico donde ahora está el Super Mas. Empezó a ver el potencial que podia tener un supermercado mas grande ” estaba cerca de la estación de autobuses y habia planes para construir un mercado que iba a estar al otro lado del la calle”, explica Krisia. “Así que en 1991 el negocio se trasladó aquí”.
Fue un proceso gradual, Krissia dice. “Primero comenzó con una carnicería, después añadió maquinaria, aceite para motor y repuestos para automóviles. Luego mi padre empezó a pensar en vender huevos, así que teniamos huevos. Más tarde compramos el pan a una panadería local, a continuación sacos de arroz y frijoles. Así es como empezó el almacén . La gente seguía pidiendo más y más cosas y salimos y las conseguíamos.”
Esta apertura a nuevos productos, lo que quiera el cliente – es una marca de Super Mas, dice. “Al principio los directivos de la Compañía Bananera venian a pedir cosas especiales que les gustaba – especialmente productos enlatados – por lo que mi padre los buscaba y los conseguia. ” Considerando que otras tiendas de la ciudad venden principalmente alimentos básicos que la gente necesita a diario, Super Mas ,siempre ha intentado diferentes cosas. El slogan de la tienda, de hecho, lo dice todo: “Super Mas le da mas que los demas.”
“Es lo que más me gusta del negocio”, comenta Krissia. ” Experimentar con articulos que el cliente sugiere o comparando recetas, cosas así. Incluso si tenemos que comprar solo dos o tres artículos de la misma linea lo hacemos para nuestros clientes habituales. Tambien los ticos ,que frecuentan la tienda menos que los extranjeros, lo reconocen. “Ellos saben que si quieren algo que es difícil de encontrar lo van a encontrar aquí,” dice.
Cuando Krissia tenía 19 años y todavía estaba estudiando fotografía, su padre le pidió que viniera a gestionar el almacén a tiempo completo. Ella aceptó pero le preocupaba que la gente pensara que habia conseguido el puesto por ser parte de la familia. Por eso y porque reconocia que había muchas cosas que no sabía acerca de la administración se inscribió en la carrera de negocios. Tabajaba a tiempo completo y estudiaba los fines de semana y por la noche ,asi llegó a completar sus estudios y se graduó en 2006 “Y eso”, sonríe, “fué el final de todo.” Descubrió que a lo que queria dedicarse era al negocio.
Recuerda que no fue fácil al principio, tratando de competir en un mundo de hombres. “Era muy raro que una mujer fuera gerente en aquellos días,” dice ella. La gente acudía a la tienda en busca de “Don Cristian”, no creyendo que tendrían que tratar con una mujer. Comenta que una de sus muchas experiencias fue tratando con un hombre de unos 50 años , que simplemente se negaba a hacerle caso. Aunque era bueno en su trabajo sin embargo sus hábitos eran lamentables y desorganizado. Un día que ella intentó hablar con él simplemente le dijo, “No puedo aceptar órdenes de una mujer.”
Krissia dice que su padre siempre escuchaba sus ideas y a menudo las llevaba un paso más allá. Por ejemplo, hace cuatro años, Krissia sugirió comprar un horno para cocinar pan congelado precocido. Su padre estuvo de acuerdo pero después de algún tiempo se dio cuenta de que el horno que estaba construyendo era mucho más grande de lo que originalmente habian pensado. Cuando ella lo comentó, le dijo que iban a hacer su propio pan”como en los viejos tiempos”. Él trajo a Don Aldo, un panadero local,para mostrarles las recetas y los métodos de cocción.
Le pregunto a Krissia lo que fué crecer en Quepos. Reconoce que era tranquilo y que le gustaba ir a San José para divertirse, pero dice que siempre le gustó vivir en un lugar pequeño y en Quepos puede ir a la playa o al rio, caminar y disfrutar del aire libre. “Extrañaria todo eso en la ciudad”, dice que tambien le gusta tener todo cerca. “No me gusta tener que andar en carro por todas partes.”
Krissia hizo sus estudios en Quepos con excelentes profesores de San José. Estudió Inglés por medio de un programa especial con el Instituto Nacional de Aprendizaje, que provee educación a las personas en las comunidades locales que demuestren mérito e interés. También terminó su carrera de negocios aquí en Quepos en la Universidad Autónoma de Centro América (UACA) y Magister Universidad que es una extension de la base central ubicada en San José.
Pero aunque le encanta Quepos le gusta viajar. Ha vacacionado ampliamente – en Europa, Norteamérica y otros países de América Latina.Todavia no ha visto todos los países de América Central, dice. Belice es el próximo en su agenda. ¿Y qué le gusta hacer en sus vacaciones? Se ríe: “Usted lo puede adivinar “. Me encanta visitar supermercados! Describe algunas de las tiendas que ha visto en Italia y Francia, y cómo ella puede pasar horas caminando por los pasillos “probando todo.” “Después de todo,” dice ella, como seria estar en Francia y no probar el chocolate, queso, vino!”
Estos viajes, en especial la agrupación o “matching” de los productos, por región o sabores , han inspirado los estantes Super Mas cuando, por ejemplo, usted encuentra todos los productos orientales en un mismo lugar. Krissia dice que le gustaría hacer más juegos – pastas italianas con vinos italianos, por ejemplo – si ella tuviera mas espacio, pero tal como es ahora la tienda tiene poco espacio para la expansión.
Le pregunto sobre la recesión económica y el impacto en su negocio. Krissia dice que la tienda adoptó un enfoque participativo debido a la crisis,se reunió con los empleados y les explico que no podían esperar horas extras y que los salarios, ya un poco más alto que en otros lugares, no se podian subir. Su principal objetivo era mantener el negocio estable en lugar de esperar beneficios durante este período, señala. “Con 20 familias que dependen de la tienda, mi principal preocupación era cómo mantenerlos.”
Los empleados presentaron sugerencias para ahorrar costos, entre ellas apagar las luces cuando hacía sol y la reutilización de bolsas grandes de plástico provenientes de grandes empaques. Aunque el negocio ha levantado ultimamente ,sin embargo señala que se siguen practicando las medidas de ahorro.
Krissia dice que su padre le ha inspirado en su trabajo y su madre ,Ligia Porras ,en los valores de la vida. Fue su madre quien vio la necesidad de aplicar a la familia “una estructura espiritual”. Explica que nunca estuvo satisfecha con los ritos del catolicismo sino que los puso en duda y estudió la Biblia convirtiendose en Testigo de Jehová. Krissia está profundamente comprometida con esa fe que dice ha marcado las vidas de toda su familia. Dice que le ha enseñado a no esperar cosas de otros sino a encontrar alegría en lo cotidianoy que hay más felicidad en dar que en recibir.
Krissia dice que es feliz ahora que su personal y los clientes la tratan con respeto. “Ahora vienen a buscarme a mí y no a mi padre. Siento que he logrado mi objetivo.”